29 de julio de 2011

Bachilleratos Populares

Aprender por afuera

Los Bachilleratos Populares son muchas veces la única opción para las personas que por distintas razones, edad, situación socio-economica, es decir tuvieron que salir a trabajar en lugar de asistir a la escuela o simplemente por razones de distancia, quedaron afuera del sistema educativo tradicional.
Este nuevo encuadre surge a partir de la crisis que sacudió al país en el año 2001 y 2002, donde las quiebras de las empresas y los despidos masivos alentaban muchas veces a la toma de las fábricas por sus trabajadores para defender la fuente de empleo y sostener la producción en forma de “Cooperativas” o “Recuperadas” bajo gestión obrera. El barrio y la comunidad casi siempre acompañaron este proceso de lucha y en respuesta a ese apoyo, los trabajadores abren las puertas de la fábrica a la comunidad bajo la forma de “Esapacios” que los vecinos ocupan con Centros Culturales, Comedores, Bibliotecas Populares, o clases de apoyo escolar, que de acuerdo a la demanda, deviene en este nuevo de entidad educativa.
El Bachillerato para Jóvenes y Adultos Chilavert es uno de los 40 que existen en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, “La Chilavert” como se la conoce en el barrio porteño de Pompeya, funciona dentro de la Cooperativa Gráfica del mismo nombre desde Marzo de 2007.
      Vanesa Lorena Jalil (32), licenciada en Historia egresada de la Universidad de Buenos Aires, es una de las personas encargadas de llevar adelante este proyecto y una referente desde su gestación. Minutos antes de entrar a dar clase, hace un recorrido por la historia del Bachillerato y sus aspectos más significativos.
-¿Cuál es la relación que tienen con las empresas recuperadas?
-No es casual que siempre se nos vincule con las empresas recuperadas y el fenómeno social originado a fines del 2001, por que en realidad somos parte de lo mismo. Somos parte de la propuesta de las Organizaciones Sociales, la respuesta a las necesidades de una comunidad allí donde el Estado esta ausente. Donde no hay trabajo, los trabadores ocupan un espacio, y donde no hay una escuela, aparece un Bachillerato Popular. El hecho de funcionar dentro de una “recuperada” es también la respuesta a una necesidad de espacio físico propio. Para las empresas y fábricas recuperadas es una garantía, es una manera de legitimarnos y apoyarnos mutuamente y de afianzar las relaciones con la gente del barrio.
-¿Cómo es la relación con el gobierno de la ciudad?
-Nosotros consideramos que el Estado debe ser garante de la educación, rol que claramente no cumple. Venimos a cubrir una necesidad pero ampoco le hacemos un favor al Estado para que no tenga que hacer una escuela nueva allí donde no hay. Por ejemplo, el Estado no nos reconoce como escuela formal, pero como sabe que existimos, nos deriva chicos del programa “Puentes Escolares”, que depende del gobierno de la ciudad. De alguna manera eso nos legitima y probamos nuestra existencia por medio de la presencia activa. Es una relación en tensión permanente, cada cosa lograda depende de la lucha, de la movilización y para eso hay que organizarse. Somos una experiencia educativa que interpela a las políticas sociales del Estado.
-La educación Popular, ¿es formal o no formal?
-Todos los Bachilleratos Populares nos encuadramos dentro de lo que es la educación formal, las experiencias de educación no formal se refieren a talleres o cursos. Nosotros proponemos una currícula, tres años de cursada, materias correlativas y un título oficial. Los chicos vienen de lunes a jueves de 19 a 22 y los viernes funciona un espacio de clases de apoyo para los chicos de primer año y para los de segundo que recién se incorporan.
-¿Cómo fue la experiencia en particular de Chilavert?
-A partir de la inquietud de identificar a la escuela con la empresa como espacio de lucha y junto con la necesidad de hacer una intervención en el entorno. La escuela es la comunidad; es y está en la comunidad, y ambas están en la lucha. Empezamos a funcionar en el comedor de la fábrica en marzo de 2007 con primer año. En 2008 los de segundo pasaron al aula que era antiguamente la oficina privada del anterior dueño ¡Todo un símbolo de toma! (se ríe). El aula de tercero hubo que hacerla. En fin, el proyecto educativo es el reflejo del modelo de nuestro país, el que hay es el que nos dieron y el que queremos lo estamos creando.
-¿Hay algo más por lo que se diferencian de la enseñanza tradicional?
-Sin duda el carácter horizontal de la dinámica del aula, si bien existe la figura del docente, en este caso nos manejamos en duplas. La disposición de las mesas, y de los estudiantes es muy diferente a la que adoptan los maestros de educación tradicional. El modelo del educador popular Paulo Freire es al que más hacemos referencia. Otro aspecto significativo es el de las asambleas que se realizan una vez por mes, en horario de clase, en alguna materia a designar, donde todos proponen inquietudes, opinan y discuten, se debate y se definen las políticas y acciones a seguir para resolver los problemas puntuales de cada curso. De forma independiente a lo que sucede en planos mas generales con la Coordinadora.
-¿Cómo es dar clase en Chilavert?
-Tomamos al sujeto con sus problemáticas y particularidades e intentamos crear mecanismos para vincularlo con la escuela. Aplicar una metodología pedagógica que contemple su realidad, con la que construye y evalúa su mundo, e intenta cambiarlo.
En Pompeya se hace de noche y otro día llega a su fin. En la calle Chilavert 1136 unos 30 jóvenes vuelven a pensar en un futuro mejor.

En materia de educación
El Bachillerato Popular Chilavert otorga el título oficial de “Perito Auxiliar en el Desarrollo de las Comunidades”, luego de tres años de cursada en la que los estudiantes adquieren conocimientos y herramientas de especialización en el campo social.
José Luis Piana (38), docente, egresado del Taller de Cooperativismo de la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo, da precisiones acerca de la “caja curricular” aprobada por el Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Las materias que no están presentes en la currícula de la educación tradicional son: Educación Cívica; Cooperativismo I, II y III; Problemática Social Contemporánea; Sociedad y Estado; Economía (en relación a los recursos naturales); y Taller de Comunicación y Gráfica Popular I, II y III. En esta última, en 3° año, se realiza un trabajo especial en conjunto con la fábrica y para la comunidad. En 2009 se hicieron una serie de cuadernos para apuntes con un resumen de la historia de la recuperación de la empresa por los trabajadores.

Referentes de Educación Popular
Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA) es una de las principales empresas que fue recuperada por sus trabajadores para conservar la fuente laboral y organizarse en forma de cooperativa. Si bien el proceso se dio a fines de la década del 90, se lo puede enmarcar en la crisis económica, política y social que estalló en diciembre de 2001. Allí comenzó a funcionar en 2004 el primer Bachillerato Popular para Jóvenes y Adultos del país y al año siguiente fue el primero en lograr la oficialización del título con especialización en Cooperativismo y Micro emprendimientos.
      Pioneros en la educación no formal, instalaron el modelo del educador popular Paulo Freire, cuya principal premisa sostiene que la liberación del oprimido, comienza con su alfabetización, en el que adquiere un conocimiento crítico de la realidad y asume posturas frente a ella para luego transformarla.

Un puente al más adentro
El programa “Puentes Escolares” del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, creado a partir de la crisis del año 2001, propone reincorporar a los chicos y jóvenes en situación de calle al sistema educativo de acuerdo a sus necesidades particulares.
      El profesor Matías Alí, es coordinador general del programa y se refirió a la labor desarrollada junto a los Bachilleratos Populares: “Por supuesto que derivamos algunos chicos, porque encontramos allí una opción de lo que sería el más claro ejemplo de ‘Escuela Abierta’, ya que nos permite hacer el seguimiento que cada alumno necesita dentro del establecimiento”.
      “Son una propuesta educativa viable para jóvenes en edad de secundario”, continuó Alí y precisó: “En cada derivación se realiza un acompañamiento intenso en el proceso socio-educativo de reinserción escolar”
      “Puentes Escolares” funciona en cada sede, con un equipo conformado por un coordinador, una pareja pedagógica de docentes, un trabajador social y un psicólogo. Seis de las siete sedes atienden a chicos y jóvenes que cursan educación primaria y sólo una en educación secundaria, que es el que articula con lo Bachilleratos Populares.

NdA: La presente nota formó parte de un trabajo en equipo realizado por Valeria Benitez, Ana Marrello y Javier Villodas para la asignatura Información y Noticiam correspondiente al primer año de la carrera de Periodismo de ETER, dictada por Adrián Figueroa Díaz. 

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